lunes, 2 de junio de 2008

Primavera Sound 2008

He vuelto hoy de mis dos días en el Primavera Sound barcelonés. En líneas generales, he quedado muy satisfecho (con semejante cartel es difícil fallar del todo). Pero, eso sí, me ha decepcionado bastante comprobar como, en términos de organización, el festival va cuesta abajo de manera alarmante: controles absurdos (no tiene sentido que para llegar al Auditori haya que pasar tanto control, basta con uno, cojones), tickets "de preferencia", esa pulserita de papel de mierda, y un trato cada vez peor de los empleados. Me da la impresión de que se están durmiendo un poco en los laureles; cuando estaban despegando las vibraciones eran mucho más positivas. Pero en fin, pasemos a lo realmente importante.


Viernes 30:


Portishead: Había una cola tan monumental en el Auditori que mandé el concierto a tomar por el culo, sin más. Aunque hubiera hecho la cola, no habría conseguido entrar.

Felice Brothers: Grupo de amiguetes haciendo americana, country y esas cosas en una onda festiva. Cuando el batería salía a cantar era para molerlo a palos; mientras estaba sentado en su taburete la cosa era soportable. Suerte que eso era la mayor parte del tiempo.

Mary Weiss: La integrante de las Shangri-Las, la respuesta blanca a los grupos de chicas negros de los 60. Fue bonito verla cantar “Remember (Walking in the Sand)” y algún que otro hit de antaño. Al principio desafinaba un poco pero a la tercera canción se fue entonando. Este tipo de cosas ya se sabe que pueden llegar a producir vergüenza ajena, pero esta vez no fue así. O sea que un hurra por Mary Weiss y sus sesenta tacos. Y por su pelo perfecto.

Bishop Allen: Me aburrieron bastante, no les vi nada especial, para mí un grupo de popis más, muy del montón. Abandoné a las cinco canciones.

Bob Mould Band: El primer concierto que me satisfizo. El sonido era un poco espartano, sin muchos matices -y el último disco de Bob no es para echar cohetes-, pero unos cuantos temas de Sugar y Hüsker Dü desempolvados con energía sirvieron para dejarme contento.

Devo: Una sorpresa. Para mí es un grupo prácticamente desconocido (no he pasado del Whip It). Me da la impresión de que el tiempo no ha tratado su propuesta particularmente bien, pero aún así, en directo demostraron energía, ganas y un buen sonido, pese a la edad y a las lorzas que lucían algunos integrantes. Me habría gustado pillar uno de esos gorros.

Cat Power: Esta chica, además de estar bastante apetecible, tiene una voz que me subyuga. De sus discos tan sólo he escuchado Moon Pix, que me gustó pero que ya tiene 10 años; que yo recuerde no cayó nada de él en el tracklist. De todas formas medio concierto me lo jodió una tía que no paraba de darme la brasa (y no estaba tan buena como para tener que soportarla). Las versiones que canta ahora la Marshall no terminan de convencerme del todo.



Sábado 31:


Young Marble Giants: Para mí el mejor concierto del festival; la hora que estuvieron tocando compensó con creces toda penuria. Valió la pena ir aunque fuera sólo para verlos a ellos. Una lección magistral de pop despojado hasta lo esencial; hipnótico, hermoso, sincero, emocionante, exquisito… El “Colossal Youth” cayó enterito, claro. Alguien le pidió a Alison Statton que cantara algo de Weekend pero ella respondió con una sonrisa que: “not tonight”.

Throbbing Gristle: Me gustó mucho poder ver a Genesis P-Orridge (vaya pintas llevaba). Una orgía de ruido para poner de los nervios a cualquiera. Al final, los veinte minutos de “After Cease to Exist”, con su correspondiente proyección al fondo del escenario (una filmación del grupo-semilla COUM Transmissions, de 1977, en la que se veía una operación de cambio de sexo entre otras lindezas).

Dinosaur Jr.: No lo vi entero porque se me fue la pelota con la hora, pero lo que pude escuchar estuvo bien; mucha tralla y J.Mascis pajeándose extensivamente con sus característicos solos. Vi al Mascis tratando de entrar en el Auditori para ver a YMG y a TG con una sudadera verde como para llevarlo a juicio. Ponía cara de mala hostia porque los seguratas estuvieron vacilándole un poco. Me pregunto si tocaron la beachbóyica "Take a Run at the Sun", mi canción favorita de entre las suyas.

Tindersticks: Cojonudo cierre. Para mí Tindersticks fue uno de los mejores grupos de los 90, sin ninguna duda. Y, qué diablos, es uno de los mejores grupos de ahora mismo (el último disco es fantástico). Música elegante, triste y decadente, para atizarte gin-tonics mientras te torturas con la memoria de aquella chica que te dejó. Los espasmos y movimientos de Stuart, para el recuerdo. Trompetas, saxos, violines, cellos, órganos, todo contribuyó a elevarme e incluso a hacerme olvidar la presencia de otra plasta más que se quejaba todo el rato de que no podía ver. ¡Joder, y a mi qué cojones me cuentas! Vete a tumbarte ahí en la hierba con tu puto combinado garrafonero, hombre.

En fin, gilipollas y pesados sin modales hay en todas partes. No hay manera de librarse de ellos. Creo que voy a escucharme el “Colossal Youth” otra vez.

4 comentarios:

el zurdo dijo...

YMG y TINDERSTICKS en un mismo evento. Qué envidia...

yorgos dijo...

lo que habrás disfrutao, bribón!!! jajaja!! has hecho aquí un buen repaso de todo.
oye, nos vemos esta semana por la uni?

Gelsomina dijo...

Bueno, ¡hemos estado en festivales distintos!

Gelsomina dijo...

Sí, sí, cuando digo "SOSOS" me refiero a que la música implica movimiento, aunque sea un piececito marcando el ritmo... y en conciertos de hip hop ya ni te cuento... los pobres estaban DESGAÑITÁNDOSE para conseguir implicar a alguien! Sosez, postureo, moderneo y guirigueo. Ya se sabe que los guiris o están pedísimo, o son aburridos o ambas cosas.