Hoy pasaba por la calle Micer Mascó y pude contemplar cómo, efectivamente, se está ejecutando una condena ya anunciada; el derribo del antiguo edificio de Tabacalera. No se puede esperar nada bueno de ningún político en general, eso está claro, pero del Ayuntamiento de Valencia... menos aún.
Además me entero de que el encargado de firmar la demolición es miembro de la Real Academia de San Carlos, institución que en teoría se oponía, pero ya se sabe lo que pasa con estas cosas. ¡A trincar como cabrones! En el primer vídeo de esta página se puede ver lo bien que se lo están pasando en Guadalmedina (no lo veas si no tienes un estómago a prueba de bomba).
Aunque en realidad ya no me sorprende nada. Cerca de mi casa hay otro edificio semejante, para cuya preservación y reutilización yo mismo he puesto mi granito de arena. Logramos que se declarara Bien de Interés Cultural... ¿y? Nada de nada. Sencillamente, se está cayendo a pedazos.
Este ayuntamiento realiza expolios como quien se casca un pajote en su casa.
Es la muerte indigna de una ciudad; un auténtico despropósito. Por no hablar de otras cosas.
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