jueves, 6 de septiembre de 2007

Glenn Gould - Italian Concerto BWV 971

En momentos de aflicción, conozco pocos remedios mejores que la música de Bach. Cuando termino de escucharla, nunca pongo nada más, me parece imposible. Todo lo que venga después de su emocionante perfección queda disminuido.

Anoche puse una y otra vez el Italian Concerto, con Glenn Gould al piano. Me vuelve loco cómo interpreta el último movimiento (el que aparece en el vídeo); vertiginosa velocidad y sentido del ritmo, pero también, como siempre sucede con él, claridad contrapuntística cristalina. Y de regalo, sus extravagantes canturreos (era incapaz de tocar sin cantar las piezas), uno de sus muchos rasgos controvertidos.


He aquí otro de mis pedazos favoritos del legado bachiano, el Contrapunctus IV de El Arte de la Fuga.


Si tuviera la seguridad de que Bach no existe en un hipotético "más allá", no me importaría desaparecer para siempre.

Pero bueno, por el momento aquí estamos, lo cual tampoco está tan mal…

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