domingo, 17 de junio de 2007

Julian Cope, the Mighty Arch-Drude

Buscando cosas sobre Nico me encontré con la página de un tipo al que había perdido de vista durante bastante tiempo: el sin par Julian Cope. Este hombre, como bien sabrá el lector (si no, probablemente, habrá dejado de leer más o menos a esta altura) era miembro de los Teardrop Explodes, uno de los conjuntos post-punk más destacados de la escena de Liverpool. Se separaron muy pronto y tras la ruptura Cope emprendió una estimable carrera en solitario. Yo no he escuchado todos sus discos, pero sí puedo decir que el primero que sacó, “World Shut Your Mouth” no está nada nada mal -bastante parecido a la etapa Teardrop: pop con un toque psicodélico para subvertirlo un poco. El “Fried” (en cuya portada aparece cubierto únicamente con una concha de tortuga) y el “Saint Julian” son también recomendables.El "Peggy Suicide" es un poco más garajero, pero quizá sea su LP más consistente. Los últimos que ha sacado son demenciales, con toques de genialidad entre los prolongadísimos experimentos de rock'n'roll pagano. Servidor echa de menos su faceta pop, para lo cual talento no le faltaba a nuestro hombre, aunque parezca raro al ver los discos tan raros que comenta en su maravillosa página.

Página que es, sin lugar a dudas, una de las mejores que se pueden encontrar en toda la red. Es una auténtica mina, empezando por la foto que aparece en recepción: con una gorra de oficial del ejército, una melena larga y descuidada, sin camiseta y con pantalones de cuero. Hay que decir que en 1990 Cope, como Dylan, Ramon Llull o Emanuel Swedenborg en otras épocas, tuvo una revelación que le transformó en el druida que es hoy (él se llama a sí mismo The Archdrude). Lo cuenta así:

“En el verano de 1990 tuve una visión del mundo. En aquella visión vi a la Madre Tierra – Una enorme Diosa que permanecía erguida y orgullosa pero con la cabeza dolorosamente girada hacia atrás ante el tratamiento que la humanidad había elegido darle… El pelo de la Diosa era el viento en torno a la tierra y su brazo izquierdo estaba extendido, la luna girando en el dedo índice de la mano izquierda. Estaba dañada por los residuos químicos y su expresión era de extática tristeza religioso-espiritual. Había rayos de brillante luz perforando el centro de su cráneo igual que el agujero de ozono permite a la luz del sol perforar el polo norte. Esta clásica imagen mística de iluminación del alma reflejaba irónicamente la supuesta muerte del mundo a través del efecto invernadero. Era una absurda espada de doble filo. La enorme Madre Tierra estaba en pie en el mismo borde del más alto acantilado del infinito –y a punto de saltar… Tuve que hacer un disco sobre la locura de la situación.”

Ese disco fue “Peggy Suicide” (que es como él llama desde entonces a la tierra). Yo lo vi en directo hace unos años, en el Primavera Sound, y fue memorable. Tocaba al mismo tiempo que Teenage Fanclub, así que no tuve problemas para decidirme porque Teenage Fanclub no me han gustado nunca; delante estaba Santi Carrillo. Salió hecho un Panorámix de la vida con gafas oscuras y soltó un rollo en inglés del que no pude comprender una palabra. Se subió la capucha, pisó uno de los pedales y ahí estuvo una hora con reverberaciones, loops, distorsión y psicodelia en estado puro. Mucha gente se fue espantada pero algunos quedamos cautivados.

Además de su faceta de músico, gusta también de escribir: publicó un libro sobre el rock alemán de finales de los sesenta y principios de los setenta llamado Krautrocksampler. Salió en 1995 y desgraciadamente está descatalogado hace tiempo… lo he bajado pero quiero una copia, a ver si un día en e-Bay pillo alguna. También tiene varios sobre el neolítico en Inglaterra y temas semejantes, porque está como loco con Stonehenge, Avebury y todos esos sitios. Y ahora va a sacar uno que aunque fuera sólo por la portada merecería la pena comprar: Japrocksampler.

Además en él aparecerán con detalle cantidad de grupos nipones interesantes y raritos como Flower Travellin’ Band, Acid Mothers Temple, Les Rallizes Dénudés o Tokyo Kid Brothers. De Flower Travellin’ Band comentaré en otro momento su "Satori". Buena mierda, sin duda.

¡¡Oh-oh-ah-oh-oh-oh-oh-oh-oh-ooh-oooh-ooooooh!!

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