Pero qué cojones, al César lo que es del César. El tipo es un talento, siempre lo fue. Un maravilloso compositor e intérprete (además de productor, pero eso es otro tema), con una estupenda voz y un repertorio por el que muchos darían su brazo izquierdo. Rockabilly, country, pop, rock and roll... es capaz de tocar todos esos palos y más, es impresionante. Sonaron hits escogidos de entre toda su carrera, el clásico "Cruel to be Kind", la canción que Elvis Costello hizo más popular después con sus Attractions, "(What's so Funny 'Bout) Peace, Love and Understanding", versiones de Chuck Berry, y una pequeña selección de su último álbum, mucho más escasa de lo que esperaba. Este inglés, enamorado perdido de la música popular norteamericana dio una lección colosal, pero sin ningún tipo de pretensión ridícula. No quiere hacernos creer que tiene veinte años, ni falta que le hace. Muchas de las canciones no las conocía, la verdad (era difícil seguir su carrera, sobre todo en los últimos años), pero eso no importaba en absoluto.
Se me hizo cortísimo, estuvo un poco más de hora y media tocando y habría aguantado fácilmente otra hora y media más. Eché en falta "So it Goes", o algo más del "Jesus of Cool", obra maestra que han reeditado este año; es el momento de hacer un repaso a su carrera, comenzando por esa maravilla. Ahora habrá que esperar a ver si un día se acerca Graham Parker por aquí y contribuye aunque sea un poco a acabar con la moda esta neopsicodélica que es un puto coñazo.
"Cruel to be Kind" en Top of the Pops, 1979
"I Trained Her to Love Me", de su último álbum