sábado, 26 de enero de 2008

Los Crímenes de Oxford

Este domingo fui a ver Los Crímenes de Oxford, la última obra de Alex de la Iglesia. Por lo que a mí respecta, sus películas, en general, siempre me han hecho pasar buenos ratos. Es un director irregular, como por lo demás lo son la gran mayoría, y está bien que sea así, es normal en semejante maquinaria de producción. En su momento me decepcionaron bastante Perdita Durango, Muertos de Risa o 800 Balas; me parecieron bastante fallidas, sobre todo la primera (en las otras dos todavía pude encontrar momentos de regocijo). Acción Mutante la recuerdo también algo regularceja, pero hace ya tantos años que la vi que no soy capaz de evocarla con la suficiente nitidez.

Sin embargo disfruté como un enano con otras de sus producciones: El día de la bestia debe ser una de las películas que más veces he visto en mi vida, y La Comunidad es una jodida maravilla: graciosa, grotesca, divertida, perfectamente realizada. En realidad, creo que salvo Perdita Durango, que es un naufragio total, todas tienen momentos de genio y talento. Siempre me ha interesado el hecho de que en sus películas recupera ese humor negro de larga tradición en España, como el que podía haber en un Azcona, en un Jardiel Poncela o en ciertos tebeos de Bruguera.

Un humor que no aparece por ningún lado en esta gran producción. Cosa que, por lo que he podido comprobar, ha decepcionado a mucha gente… ¿Acaso no estaba ya meridianamente claro al ver los trailers, el reparto y demás? ¡Si hasta está rodada en inglés, for fuck’s sake! Se veía venir a la legua, hombre. No veo motivos para sentirse engañado. Yo, por mi parte, me encontré lo que esperaba; un thriller entretenido, con las típicas tretas de este tipo de películas para llevar al espectador por un camino determinado y despistarlo de la resolución final.

Debe ser por eso que no soy demasiado aficionado a este género; sólo hay un camino a recorrer, no suele haber demasiado misterio ni espacio libre para el espectador, y por lo general son películas que difícilmente soportan muchos visionados. Pero Álex sale bien parado de este reto de género. Su virtuosismo técnico brilla particularmente en ese plano-secuencia que presenta a todos los sospechosos de los crímenes. Es una clara referencia, si la memoria no me falla, a una escena de Frenesí, de Hitchcock (hasta sale la misma actriz, Anna Massey).

Y en cuanto a los actores… Bueno, la putada con el bueno de Elijah Wood es que me cuesta separarlo del personaje de Frodo. Además tiene la misma cara de alucinado que en El Señor de los Anillos. Qué coño, siempre tiene la misma cara. Leonor Watling está tremenda, digámoslo ya, y sus protuberancias mamarias van a servir para ganar unos cuantos espectadores en el boca a boca… y no es para menos (ese momento con el delantal); lástima que su personaje no sea nada del otro jueves precisamente… John Hurt está muy bien en su papel de cabrón hiper-inteligente y cínico.

Resumiendo: Sí, vale, no es lo mejor de Álex, pero difícilmente veremos otra película española mejor en todo este año. ¡Y espero equivocarme, lo juro!

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