Me congratula enormemente que en el Youtube exista una corriente, por decirlo así, de “sexo imaginativo”; de este modo, en lugar de ver por enésima vez al depilado chulo de gimnasio penetrando en el dilatado coño de una anodina pornstar podemos ir un paso más allá. Vixca!
¿Quién necesita volver a ver a un maromo repugnante ejercitándose con la zorrupia de turno y corriéndosele en la cara, todo ello como quien hace pesas? Yo ya no.
Yo ya entré en el s.XXI, definitivamente.
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