“¡Es la última vez que compro esta revista!”. Esas son las palabras que suelo pronunciar cada vez que me enfado con algunas críticas-retruécano, con los hypes made-in-NME (o similares) y las cuatrocientas entrevistas promocionales sobre grupos de microhouse, Out-rock y contraOPAs que trufan cada número de Rockdelux. Pero nada, siempre la vuelvo a comprar al mes siguiente, o dentro de seis, no importa. Pero siempre. Quizá sea que el fondo le rindo eterna gratitud por aquel número 150 de marzo de 1998 (rondaba yo la quincena) en el que aparecía una selección de las mejores canciones del s.XX. Recuerdo que la primera de la lista era el What’s Going On de Marvin Gaye, y por ahí aparecían también Love will tear us apart, All tomorrow’s parties, o cosas como Qualsevol nit pot sortir el sol de Jaume Sisa o el Para ti de Paraíso. Como todas las listas, discutible, pero lo cierto es que esa en concreto me descubrió bastantes cosas.
Bueno, pues en el número de este mes viene una revisión de ese fantástico grupo llamado Dexys Midnight Runners, firmada por Kiko Amat. De momento, entre visita y visita al WC, es lo único que he podido leerme entero. Tengo por ahí los tres elepés en vinilo (recuerdo que los compré en Beltza Records), y los tres son estupendos, pero concretamente el primero, Searching for the Young Soul Rebels,(1980) es maravilloso; un disco valiente, desafiante, contagioso, punk en espíritu, pero nada que ver musicalmente con el rock’n roll primitivo de los Pistols, ni siquiera con The Killjoys (anterior grupo de Rowland justo antes de formar los Dexys). No, este es Northern Soul y Stax, con los vientos decorando las melodías, susurros, chasquidos y stompers con mucha alma (negra).
There there my dear (1980)
Siempre me ha gustado particularmente la época que vino justo después del punk, con la fundación de montones de sellos independientes (Rough Trade, Factory, Cherry Red…), todo ello antes de que se acuñara la nefasta etiqueta indie (que no significa absolutamente nada). En esta época se grabó una gran cantidad de discos valiosos, algunos más escondidos que otros, pero ahí están. No por nada existe desde hace unos años un revival post-punk. La lista de maravillas de esa época es larguísima: Orange Juice, Felt, Aztec Camera, The Feelies, XTC, Blue Nile, The Monochrome Set, Young Marble Giants y Weekend, y por supuesto, Joy Division y New Order (mi grupo favorito de todos los tiempos, me temo). Hay muchísimos más, por supuesto, pero ahora mismo esos son los primeros que me vienen a la cabeza, quizá también son los que más me gustan y los que más he escuchado.
This is what she’s like (1985)
Me llama la atención en particular la figura de Kevin Rowland (1953), el alma mater y vocalista del grupo. Lo veo como a un idealista, un hombre apasionado que cree en lo que hace firmemente (“Estábamos completamente dedicados a lo que hacíamos. Así nos sentíamos. Eso era lo más importante”) pero como muchas veces pasa, esa fe ciega le lleva a la obsesión, a la psicosis y a la tiranía (obligando al guitarrista Kevin Archer a cambiarse el nombre porque "sólo había lugar para un Kevin"). En el primer disco, en los comentarios de esa joya que es “There there my dear” Rowland escribe: “Las ropas viejas no hacen un artista torturado”, como despreciando el valor de la imagen en un músico; sin embargo, en el siguiente disco, (Too-Rye-Ay, 1982) hizo que todo el grupo apareciera vestido de pobre, petos tejanos y sobacos al aire, como en el vídeo de Come on Eileen (sin duda su canción más conocida, todo un hit en EEUU y que les convirtió en ejemplo de one-hit wonder). Después, en su malogrado testamento final, Don’t Stand Me Down, aparecieron con trajes a medida y pasadores de corbata, hechos un pincel. La prensa destrozó el disco y para colmo Kevin decidió no extraer ningún single de él. La vida es profundamente contradictoria, ¿por qué no iba a serlo él? Véase también la portada de su regreso en solitario de 1999, My Beauty, que no he oído pero… ¿en qué cojones estaría pensando este hombre?
Come On Eileen (1982)
“Conozco discos que dan fuerza. He escuchado discos que inspiran a la gente (no a músicos caprichosos o grupos) a SER quien o lo que quieran. Tengo discos con el poder de hacerme llorar. Discos con los que estar y a los que tener cerca, posesiones verdaderamente preciosas. La ambición de Dexys Midnight Runners es hacer discos con ese valor.”
Señoras y señores, los Dexys Midnight Runners.
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