viernes, 29 de febrero de 2008

Krautrock Vol. 3: Neu!

Neu! - Neu! 75 (1975)

Michael Rother: Guitarra, piano, sintetizadores, electrónica y voz.

Klaus Dinger: Percusión, guitarra, voces, piano y órgano.

Thomas Dinger: Batería.

Hans Lampe: Batería.

Sello: Brain (Reeditado en 2005 por Grönland/Everlasting)

1. Isi (5:02)

2. Seeland (6:54)

3. Leb'Wohl (8:50)

4. Hero (7:11)

5. E-Musik (9:57)

6. After Eight (4:44)


Estaba escuchando ayer el tercer disco de Neu! (Neu! 75), y me dije: joder, debo continuar la pseudofeature kraut que empecé con Ash Ra Tempel y Faust. ¡He de archivar mis intereses en este blog, ya que ése es su cometido principal! Vamos allá, pues, con el tercer volumen.

Como algunos gafapastas o similares sabemos, Neu!, el grupo formado por Klaus Dinger y Michael Rother (ambos miembros escindidos de la formación original de Kraftwerk) es a día de hoy, tras la recuperación acaecida durante los años noventa (Stereolab, Tortoise), de los más celebrados en la escena alemana de los primeros setenta. Ello es debido también debido en parte al famoso Krautrocksampler de Julian Cope, que a pesar de no ser ni mucho menos el más exhaustivo o preciso al respecto, sí es el más divertido, el más apasionado, el más de fan. Me pasaron uno enciclopédico, llamado The Crack in the Cosmic Egg, (pincha aquí para una versión reducida) en el que aparece TODO, absolutamente todo sobre el tema… pero me mosquea un poco que se hable de casi todos los grupos como revolucionarios y maravillosos y del krautrock como “El movimiento musical más importante del siglo XX”. Tampoco hay que pasarse.

La cosa es que, aunque estuvieron juntos durante poco tiempo (eran personalidades difícilmente conciliables: Rother tendía a ser prudente y reflexivo, mientras que Dinger era, por el contrario, impulsivo y aficionado a las drongas), Neu! dejaron una huella imborrable en la historia del rock. Sus experimentaciones rítmicas se han dejado sentir en artistas tan diferentes como David Bowie (en su trilogía berlinesa) o, ya en los años noventa, Tortoise, considerados entre los padres de eso llamado post-rock. Pero fue sobre todo Stereolab, el grupo de pop-rock paneuropeo y retrofuturista que utilizó los ritmos minimalistas de Neu! en más de una ocasión, el que actualizó su legado. Hoy mismo podemos escuchar su eco en grupos de la escena electrónica, como los Fujiya & Miyagi.

Neu! habrían hecho historia aunque sólo hubieran publicado “Hallogallo”, pieza de once minutos que abría su primer elepé, de título homónimo (1971). Esa pieza probablemente sea su obra maestra, la de más imprescindible escucha (aunque “Für Immer”, en el segundo, viene a ser otra vuelta de tuerca al mismo concepto). Aún así, para mí la mejor de sus obras es Neu!75, su tercer y último elepé (existe otro que Dinger sacó al mercado sin el permiso de su compañero) y que comienza con el mismo ritmo utilizado en los dos temas arriba mencionados.

"Hero" en directo, 1974

Es lo primero en lo que uno repara al escuchar esta música: ese insistente ritmo de 4/4 que jamás cambia. Este ritmo fue conocido como motorik o también como apache (la denominación preferida por Dinger) y se convirtió en la seña de identidad de este grupo. Brian Eno, uno de los experimentadores más fecundos del rock, siempre al margen de tópicos inmovilistas, declaró en una ocasión que “el ritmo de Neu! es uno de los más creativos de los setenta junto al afro-beat de Fela Kuti y el funky-beat de James Brown”

El ritmo es la clave en Neu!. Incluso las notas de bajo, extremadamente parcas, prescinden de la melodía para adoptar una función rítmica, al igual que lo hace la guitarra, que repite unos pocos acordes alrededor del un ritmo riguroso. No hay ni una sola voz a lo largo de este pasillo sin fin. En “Hallogallo” la estructura es únicamente la pura repetición de ese 4/4; aquí sí encontramos una cierta construcción melódica que acerca el tema a una esfera algo más pop. La melodía en este caso se dibuja con los teclados electrónicos y ante todo por ese piano de juguete. Al final de la canción el ritmo gana algo de intensidad, aunque, como no podía ser de otra manera, el beat se mantiene imperturbable.

"Hallogallo"

Aquí, como en otras entregas, brilla de nuevo lo más interesante de todo: esa negativa de los alemanes a acatar las formas estéticas anglosajonas imperantes en el rock. Ellos supieron dar nuevos aires a esta música, con un coraje experimental admirable y sobre todo, con fundamento. Y esto sólo pudo reforzar el vigor de esa criatura mutante que es el rock, capaz de absorber multitud de elementos desde su raíz birracial para convertirse en una hidra de mil cabezas, una cultura con mayúsculas que todavía no ha muerto del todo, pese a lo que muchos se empeñan en anunciar desalentados por tanto y tanto copycat.

Pero además de ello, también son evidentes en este álbum las desavenencias entre los dos miembros: los tres primeros temas son mucho más de Rother: más bien tranquilos, con toques de piano, efectos de olas (“Leb’Wohl”) o esa guitarra que suena en “Seeland”, parecida a la de Robert Fripp en el “Heroes” de Bowie. Por la otra cara, el protagonismo es de Dinger: temas más agresivos, cercanos a un proto-punk minimalista y estridente. Se puede decir que Neu! no sólo se adelanta aquí a los Pistols, ¡sino también a PIL! Es bastante impresionante constatar el parecido entre Dinger y Johnny Rotten en temas como “Hero” o “After Eight”.

Para terminar: globalmente, creo que es lo mejor que han grabado. Además, este sí se puede encontrar con facilidad: lo reeditó Grönland hace dos o tres años, junto con los otros dos, y todavía anda por ahí.

Por cierto, a modo de curiosidad, en Kill Bill aparece un temita de Neu!, que se utilizó también en Master of the Flying Guillotine, una vieja peli de artes marciales: “Super 16”. Lo de 16 es por las revoluciones: la leyenda cuenta que nuestros héroes se quedaron sin pasta para completar su segundo álbum cuando habían grabado solo la mitad, así que decidieron incluir, a modo de relleno, canciones como “Super” o “Neuschnee” a varias velocidades además de la normal. Es una solución indudablemente chapucera y cuyos resultados son más risibles que otra cosa, aunque es curioso que “Super” a 16 revoluciones dé como resultado un tema perfecto para acompañar al maestro mientras avanza desafiante y mesándose los bigotillos.

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Master of the Flying Guillotine, feat. Neu!

martes, 26 de febrero de 2008

Monty Python's Flying Circus

Me han regalado un pack de DVD con todos los episodios de Monty Python’s Flying Circus, el programa que emitía la BBC allá por los primeros setenta. Como agua de mayo me ha venido, después de unos cuantos días de mierda total, revisitar a este genial grupo de cómicos británicos, probablemente mis favoritos. En España Faemino y Cansado son los que más se les han acercado en esa línea; es el tipo de humor que más me hace disfrutar: el que tiene que ver con el absurdo y la subversión de las reglas. Y en eso incluiría también a Chiquito de la Calzada…

Están absolutamente todos los sketches del programa, pero nada más ponerlos he ido a lo seguro: a los que ya había visto y se habían quedado de alguna manera grabados en mi memoria. Por supuesto, el del loro muerto, ¿es que hay alguien que no lo conozca?



O el antológico sketch de la clínica de discusiones (este sólo lo encuentro en inglés a palo seco):



¿Y el de la estación de policía?



Por no hablar de este otro, mítico donde los haya y que, basándose en una marca de carne enlatada, dio nombre a ese detritus informe que llega todos los días masivamente a nuestra dirección de correo y/o móvil. Spam!


Jajajajajajaj, ay Dios, me muero. Monty Python, gracias por salvarme del suicidio una vez más.

jueves, 14 de febrero de 2008

La Eurorevolución Sexuarl

Me acabo de enterar de que La Casa Azul, sin lugar a dudas el grupo más divertido de los últimos años en la escena pop española, se presenta al festival de Eurovisión. Me he metido en la página para votar, pero en este momento está saturada y no funciona la jodía. ¡Pero Dios sabe que votaré a saco; quiero que salgan elegidos para representar a nuestra Hespanya! Veamos el vídeo de la canción que han presentado:



Estamos ante un momento histórico para el pop patrio, pero me temo que la canción es demasiado buena para ganar el festival. Es pegadiza a más no poder la maldita; ¡la llevo escuchando en repeat 20 minutos! Ahora que por fin he podido establecer ciertas diferencias entre las canciones que componen su último disco, lo que requiere más de una escucha (en un primer momento parecen todas la misma), me siento autorizado para afirmar que La Revolución Sexual -el disco- es lo mejor que Guille Milkyway ha sacado hasta ahora. Me gustaba el rollo funky-disco setentero del anterior y en este no está tan pronunciado (también tiene un tono un poquito más serio), pero un poco de chiptune por aquí y un tanto de arreglos de dibujos animados por allá, unos pocos parapapás y samples de cursos de japonés para rematar y tenemos un conjunto irresistible y maravilloso. El sonido es chicle puro, vocoderizado, artificial, plástico 100%. Golosina, flash, picapica, gominola, refresco burbujeante. Perfecto para amargados como yo.

A las letras nunca les he prestado tanta atención, pero están bastante bien; Guille es aquí muy verborreico en sus descripciones de relaciones fracasadas, pequeños momentos y demás elementos que han formado siempre parte del universo pop. Esta noche Blossom canta para miiiiii… XD y más XD.

Pero quiero hacer especial mención al instrumental Un Mundo Mejor que está al final del disco: una total maravilla de Shibuya-kei decorada con inmensos arreglos a lo Yasuharu Konishi, personaje por cierto próximo, en cuanto a approach se refiere, a Guille. ¿Alguien se imagina un disco suyo con Maki Nomiya? Se me ponen los dientes largos sólo de pensarlo. ¡Yum!

Me encanta ver los comentarios en Youtube, desde luego es un grupo que causa reacciones extremas. Yo creo que también tiene la cosa su buena parte de coña y de ironía, aunque esté todo hecho en serio y tal. En las entrevistas el mastermind siempre dice que es 100% serio, aunque es evidente que el tío se lo pasa en grande irritando a jebis y demás fauna urbana con rimas sobre flores y paramecios. Basta con ver este vídeo de Como un Fan, del disco anterior de 2003,Tan Simple como el Amor. Me he enamorado perdidamente de la sonrisa de Virginia, aunque Clara está que revienta de buena, joder.

Por cierto, Milkyway es del club de los alopécicos: +10 puntos para él.


jueves, 7 de febrero de 2008

El crepúsculo de los flequillos

Va siendo hora de darle un poco de vidilla a esta cosa inane, y qué mejor manera de hacerlo que dedicándole un post a una vieja compañera del que suscribe: La alopecia. Compañera no buscada, por supuesto (fue ella la que abusó de mí desde el principio, como una malvada y obsesiva stalker), pero supongo que al final, superadas nuestras diferencias, acabaremos queriéndonos y todo.

(¡Ja! No hay quien se lo crea).

Ah, la alopecia androgenética…Temida y odiada por miles de varones, españoles y del extranjero, altos y bajos, guapos y feos. Vilipendiada por algunos, abrazada (posesión de una aerodinámica línea de testuz condición sine qua non) por otros. Una cosa está clara: Nunca deja a nadie indiferente. Pero ojo, como pasa con la ropa o con cualquier ornamento que condicione nuestro look, hay muchas maneras de llevarla: uno quizá sea el amo de la cortinilla, realizando complejas obras de ingeniería capilar con los medios disponibles para tapar los huecos, mientras que otro puede que tenga la suficiente entereza y aplomo como para cortarse los pelitos bien cortitos, evitando así acercarse demasiado al peligrosísimo look de un Krusty el payaso, de un Joaquín Almunia o de un Anasagasti (¡brrr!).

Por lo que a mi respecta, todos aquellos que recurren a peluquines y demás subterfugios cutres son unos desertores, pero sobre todo unos perdedores acomplejados que no merecen ser tenidos en cuenta. Es más, deberían ser ejecutados por su flagrante delito de terrorismo estético. Y esos sprays de color negro para tapar calvas que anuncian en televisiones locales (aún)… qué pesadillas. No gracias; para malrollismo celtibérico me basta con dar un paseíto por mi barrio. Qué coño, me basta y me sobra.

Pero empecemos por el origen de la deforestación. Ah… no puedo recordar sin un pequeño escalofrío aquel verano del 99, verano de gimnasio, fútbol y piscina con mis amiguitos… Todos vírgenes (me faltaban dos años para estrenarme; otros todavía no se han estrenado, con lo que quedó demostrado que yo no era tan pajerazo). Con 16 añitos, mi cabeza todavía lucía una gran mata de cabello rubio. Pero la voz de uno de mis inseparables -no se me malinterprete, era una amistad pura y limpia, todo espíritu- dio la primera alarma mientras me sentaba en una de las máquinas para pectorales:

-Oye tío, ¡tienes entradas!

Me miré al espejo y, efectivamente, dos pequeños surcos parecían abrirse paso, sin prisa pero sin pausa, desde mi frente hacia atrás, incubando en secreto la frentenuca definitiva. Yo, templando mis nervios como pude, quité importancia al asunto: ¡Tenía 16 años! No era posible que me estuviera ocurriendo. No podía ser un jodido alopécico a esa edad tan tierna. Por supuesto, totalmente seguro de mi fortaleza capilar, respondí:

-¡Qué dices! Eso es porque me lo he cortado ahora y se ve así. Joder, si me lo lavo siempre.

Ay, alma cándida…Un año después la cosa empezó a ponerse seria. Cada vez que miraba el peine tras un cepillado de mi melena-seta era como si hubiera empalado a un hamster con él. ¡Maldición!

Un breve vistazo al historial genético de mi familia bastaba para revelar la terrible verdad. Dicen que la alopecia se transmite por parte materna y en muchas ocasiones se salta alguna generación. Pero en cualquier caso daba igual, yo lo tenía crudísimo: Mis dos abuelos eran calvorotas redomados, ambos convirtieron sus cabezas en refulgentes superficies alrededor de los veintipico, ¡bingo! No obstante, lo llevaron siempre con extrema naturalidad y savoir faire, lo que les honra y les muestra como lo que eran: dos hombres con dos cojones bien puestos.

Sin duda, la peor etapa para la cosa esta fue cuando comencé a ser objeto de chanzas y burlas de mi grupito, casi entrado en la veintena. Aquello no me hacía demasiada gracia; era imposible tomárselo con humor. En realidad, en más de una ocasión hubiera deseado tener un lanzallamas a mano para prender fuego a todos esos cabrones, especialmente a los que se mofaban sin siquiera pertenecer a nuestro gang. ¿Y los espejos? Oh, Dios. Enemigos fatales que me devolvían el horror aumentado a la enésima potencia. Me tiraba horas buscando el ángulo adecuado para no desanimarme. Cuánto horror… ¡No se lo deseo a nadie! Bueno, sí, a alguno sí.

Pero con el tiempo uno lo va asimilando. En realidad, con el puto Finasteride y el Minoxidil al menos voy evitando la calvicie absoluta. ¿Por cuánto tiempo? No lo sé. Hasta que deje de hacer efecto, seguramente. Al menos sigo poniéndome palote y follando, cuando es posible, sin demasiado problema (recordemos al lector sin experiencia en estas lides que uno de los posibles efectos secundarios del finas es la falta de líbido). De todas formas, hay algo atractivo en un hombre que la lleva con dignidad (me lo dijo mi mamá el otro día). Aunque la verdad es que es una lástima que mi estructura facial no se vea particularmente favorecida por la fuga de pelos.

Mi apostura natural podrá soportar este calvario sin fin. ¡Jajaja!¡Jaja!Ja.

Por último, quisiera cerrar este post con un pequeño top 5 de calvos, algunos de los cuales me sirvieron tiempo atrás para hacerme una idea del futuro que me aguardaba.


Michael Stipe:

No le queda demasiado mal. Estructura óseo-facial apropiada. Pero el maquillaje ese azul, esos bailes, ¿qué coño? ¿El rock ha muerto? No. Me niego.

Billy Corgan

Aunque haya hecho creer que se rapó por voluntad propia, en las fotos de la época del Mellon Collie and the Infinite Sadness (uno de los primeros discos que me compré, todavía hay un 20% del disco que me gusta), ya estaba incubando frentenuca. No le queda demasiado bien, se parece un tanto a Uncle Fester. Ponerse vestiditos de cuero y cosas así no le ayudaba… Ahora no sé qué lleva, ni me interesa demasiado. Es, o era, mofletudo como yo… en esta foto no se ve.


Antoni Duran i Lleida

Este me la suda, era más que nada por poner un político.


Yul Brinner

Su poderoso rostro pudo superar el temido otoño…¡Bravo!


Bruce Willis

Este sí es un hombre nacido para la calvicie. Uno de los elegidos que se anticipa al futuro, ¡y para bien! Está mejor sin pelo, cualquiera convendrá en ello.

Si algún calvo o en trámites lee esto: No te preocupes demasiado, yo lo superé. Aunque claro, yo es que soy muy apuesto…

PD: Ahora que lo pienso, debería haber incluido a Mortadelo.